Si no puede hacer ustedes los quehaceres domésticos en un tiempo razonable, contrate a alguien para que lo ayude una vez a la semana. Se sorprenderá al advertir cuánto más consigue hacer.
Si no puede contratar a una sirvienta de entrada por salida, eche mano de otros recursos. Algunos niños por ejemplo, quizá estén dispuestos a ayudarlo con algunos trabajos, como limpiar al patio, cortar el pasto o hacer mandados, por una módica cantidad. Sin embargo conviene pedir autorización previa a sus padres.
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