Haga que sus hijos participen desde pequeños en el trabajo doméstico; quizá aprendan con lentitud, pero es esencial que sientan que colaboran. Al principio puede usted hacer que el niño sacuda y barra con usted. Él se sentirá satisfecho y usted se ahorrará trabajo.
Enséñele al niño paso a paso lo que tiene que hacer. No suponga que aprenderá sólo observando: expliquele tantas veces como sea necesario. Una vez que le haya asignado al niño ciertas tareas definidas, no lo supervise constantemente. Verifique el resultado únicamente cuando él haya terminado y entonces felicítelo.
Dígale al niño a que hora debe realizar su trabajo; después de hacer la tarea o al terminar de comer, pór ejemplo. No permita que lo posponga.
Los fines de semana elabore una lista de los quehaceres y asígnelos a los niños de acuerdo con su edad y habilidad. Es buena idea dividirlos en etapas para que los realicen poco a poco. De por hecho que tanto los niños como las niñas pueden hacer la misma cantidad de trabajo doméstico.
No vuelva hacer el trabajo que ya hizo un niño. Si cree que algo sólo puede hacerse a su manera, hágalo usted mismo. Rehacer las cosas puede afectar el autoestima de los niños. Recuerde lo que sintió cuando alguien rehizo lo que usted daba por terminado. No espere que los niños pequeños trabajen todo el día; una hora diaria es lo mas razonable. Un muchacho de 14 años, en cambio, quizá quizá pueda trabajar tanto como un adulto, pero ello depende del grado de responsabilidad que tenga.
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