Si es posible, permita que la familia fije las normas sobre el trabajo. Cuando algo no esté bien hecho, déles a otros la oportunidad de ofrecer soluciones al problema.
Asegúrese de no imponer normas demasiado estrictas. Cuando el trabajo se comparte todos tienen derecho a opinar. Si sólo es usted quien cree que algo debe hacerse mejor, revalore sus expectativas y haga las rectificaciones que considere pertinentes.
Si su familia no coopera, tal vez usted tenga expectativas demasiado ambiciosas. Sea mas flexible en ese sentido; quizá logre que colaboren.
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